La melodía nos habla de orden, sucesión y coherencia. Nos habla de unidad, de sonido; nos habla del todo resultante. No debe haber notas discordantes aunque si diferentes y en esa diferencia singular está la riqueza cohesionada.
Defino la amistad como esa melodía compartida, singular en sus componentes generando una unidad superior y única. Capaz de multiplicar sus beneficios a nivel personal y social.
Amigos. Nadie más. El resto es selva. (Jorge Guillén 1893-1984)
La amistad es una relación connatural al hombre. habita en su corazón. Le hace humano. Del «yo y el tu» surge el «contigo» y conmigo» y, «el nosotros»
Uno puede vivir sin padres, sin hijos, soltero o viudo, sano o enfermo pero, sin amigos una muere de soledad y tristeza. Morimos de inanición. Somos seres para otro, alguien para alguien y, en esa relación la amistad es el arte del encuentro, encuentro que hace capaz el diálogo. Cada amistad tiene la profundidad de cada corazón humano. El diálogo entre corazones expresa la madurez personal que asume la unidad en cada síntesis que el corazón hace. «El diálogo es la expresión de la madurez en la cercanía» 1
«El amigo es fuente de conocimiento personal… Es un testigo amoroso y fiel que ha decidido instalarse en nuestra luz aceptando la sombra que pueda proyectar»2
«Mis amigos son mi curriculum personal»3
A veces emprender esta aventura nos resulta costoso por el miedo a sufrir. Solo los amigos tienen la capacidad de traicionar. Y todos hemos traicionado alguna vez sin querer o queriendo. Cargamos con esa duda que genera la deuda del perdón. Nuestra propia vulnerabilidad genera el miedo a no ser valorados olvidando que el tesoro de la amistad nos salva. Sólo los amigos nos sostienen en nuestra fragilidad levantándonos en alto para que la luz del sol nos entone el alma.
La fuerza que genera la amistad , siempre de persona a persona, es una ciudad amurallada indestructible. Cuando se manipula a la persona, una clara manifestación es sustituir la realidad por sus sucedáneos. La amistad no admite copias ni transacciones comerciales.
La amistad se teje día a día con tiempo compartido; primero se vive, luego se recuerda.
Vida tejida en recuerdos comunes, por este motivo exige entrega generosa en lo compartido para que al puzzle no le falte la imagen global. Entrenamiento generoso en el perdón y la seguridad que nos permite el riesgo de la vulnerabilidad.
1,2 y 3 «El Yo y sus metáforas» Rosa Montenegro